Atenas nos estaba esperando, madrugamos mucho. Nos atraía para disfrutarla cada cual a su manera.

Hemos estado en una ciudad eterna, cuna de civilizaciones, faro entre Europa y Asia.

Al acercarnos al Olimpo de los Dioses, la Acrópolis, aparecen ante nosotros, los órdenes clásicos de la arquitectura, el sobrio y sólido Dórico, el refinado y elegante jónico, el elegante y ornamental Corinto. Los griegos crearon un ideal de belleza y nos lo demuestra Fidias y Prexísteles.

En Grecia nació el teatro con los tres géneros dramáticos que surgieron, sátira, teatro y comedia, Homero, Eurípides Aristófanes.

Y como olvidarnos de los templos de los filósofos, de la mitología, Platón, Aristóteles.

Todo ello bajo a figura de Atenea, la gran diosa la patrona de Atenas.

Mientras hacíamos nuestra visita guiada desde el autobús, nos acercamos al estadio de Panathinikó, sede de los juegos olímpicos, el barrio de Plaka, la plaza Sintagma con su cambio de guardia y esos “pompones en el calzado de los soldados”, las iglesias bizantinas, los grades edificios neoclásicos.

Caminamos por la plaza de Monastiraki, la más castiza y turística de Atenas, el ágora antigua de Atenas donde Sócrates hablaba de su filosofía, el cementerio de Keramikos, que antes de serlo fue poblado de alfareros, el barrio de Anfiotika, zona encantadora con casa pintadas de blanco y azul.

Delfos, centro de la humanidad, el ombligo del mundo, la colina de las Musas, el Santuario de Zeus, Arco de Adriano, Biblioteca nacional. Aunque parezca pretencioso hemos estado en todos estos lugares. Ha sido un auténtico viaje cultural.

Pero también hemos tenido tiempo para disfrutar de una buena “pita “con cerveza nacional, muy buena por cierto.

Hemos sido conscientes de la rebeldía de un pueblo que se manifiesta en las paredes de sus calles por medio de grafitis.

De nuevo trasmitir la enhorabuena a todo el grupo nos lo habéis hecho fácil y muy agradable.

Además, ya sabéis contamos con el beneplácito de la Reina Emérita.

Efcharistó.

Angela Asensio

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